EVOLUCIÓN, INVOLUCIÓN Y EXPLOSIÓN.
- Ing. Francisco García, MsC
- 16 jun 2018
- 4 Min. de lectura
Hay momentos en que cuando las personas están tan cohesionados con su trabajo y la gestión que realizan no importa donde estén los ejecutivos o colaboradores, porque al tener claro su objetivo y su responsabilidad, los encuentros y las conversaciones siempre agregan valor. Los pasillos son normalmente la segunda encuesta de clima de las organizaciones, ya que de ahí se puede sacar mucha información, aunque esta no siempre es positiva, porque se utiliza normalmente para conversaciones no idóneas y que afectan o distorsionan las comunicaciones y las acciones. Sin embargo esto no siempre es correcto, ya que tomando en cuenta la descripción inicial del párrafo, cuando las personas están cohesionadas con su misión personal y profesional, estos espacios se vuelven muy ricos para intercambiar ideas fuera de la estructura de la oficina.
Un día estaba caminando por el pasillo pensando en varios temas que debía resolver en una organización en la que estamos haciendo una intervención, una re ingeniería de la gestión y de la cultura que tiene como propósito rescatar la misión de la misma y el trabajo valioso que hacen las personas que en ella laboran, en beneficio de la educación y la sociedad. Durante este proceso que lleva unos cuantos meses, hemos podido identificar muchos costes operativos inapropiados y hemos re diseñado los procesos de gestión, pero es importante resaltar que cuando se interviene en estos temas, lo más difícil termina siendo el rescate de la identidad y el despliegue de las personas desde esta visión. Esto es justamente lo que comentaba con una amiga y Gerente con la que me encontré en el pasillo, ya que en otra Institución habíamos vivido un proceso muy parecido juntos. Yo le comentaba los detalles de manera general de cómo se estaba dificultando el hacer que la gente vuelva a mirar el norte y que salgan de los incendios o de la operación absorbente para dilucidar la estrategia y lograr resultados tangibles. Así mismo que al poder ver nuevamente la meta clara, puedan renovar su compromiso y sobre todo su despliegue desde lo que hacen y lo que son. Ella sabiamente me decía: Recuerda lo que vivimos en su momento, cuando las organizaciones pasan por este tipo de renovaciones, las personas pueden evolucionar o en su defecto involucionar.
Ese momento de análisis de la evolución y la involución fue el centro de nuestra conversación. Las organizaciones cuando se encuentran en procesos de mejora continua, que debe ser la mayoría del tiempo, siempre buscan (o al menos así se espera) de que tanto la empresa, como las herramientas y sobre todo las personas puedan evolucionar para conquistar nuevas metas y resultados profesionales y de gestión, sin embargo en muchos casos las múltiples situaciones que se atraviesan, logran que esa gestión o esas personas en vez de evolucionar, involucionen. Existen muchos factores que participan en esa involución, una de ellas es la mala planificación de esa mejora, es decir, cuando no consideran todos los detalles necesarios en los procesos y los pasos a seguir y de esto podríamos hablar mucho desde la parte técnica, pero otra y tal vez la más medular de las situaciones que se atraviesan son las de las emociones de las personas y como estas terminan jugando un papel preponderante en el momento de avanzar.
La involución es un proceso en el que se detiene la realización o avance de algo. Se podría considerar que la involución es lo antonino o contrario de la evolución. Involucionar desde la emoción significa encerrarse o atarse a pensamientos y sentimientos que lograr atraparnos y que no nos dejan salir del encierro en el que nosotros mismos nos hemos puesto. Es verdad que los sentimientos y las opiniones de las personas deben ser siempre consideras y que hay respetar los procesos personales de todos los implicados, pero de lo que aquí estamos hablando es de como muchas personas a pesar de tener los recursos para lograr grandes cosas, terminan involucionando y retrocediendo en el camino, en vez de lograr conquistas que los lleven a los siguientes niveles en lo personal y profesional. También es verdad que quienes lideren estos procesos de cambio deben revisar todos los factores necesarios para bajar la incertidumbre y delinear con claridad el camino, para que todos se conecten con eso y sea más sencillo o al menos con menor impacto negativo el poder avanzar.
Continuamos conversando y esto nos hizo ver que no solo la evolución y la involución son las que participan en el tema emocional, sino que en muchos casos se da una especie de explosión. Daba la casualidad de que en la empresa que estábamos analizando, unos días antes en una reunión con el Gerente General de la misma, mientras le explicábamos la importancia de su papel en el proceso y de acompañar al equipo, esta persona comento que sus emociones eran como un mar abierto, donde las olas subían y bajaban y termino sus comentarios con una fuerte somatización (expresión corporal a raíz de un situación psicológica) de ansiedad, que lo limito totalmente. En este blog no hablaremos de la ansiedad y del estrés porque demandaría un desarrollo entero, pero si tomaremos como ejemplo la situación para entender y sobre todo para aprender que en los procesos de cambio, tanto profesionales como personales es inevitable tener en el radar el tema emocional y que el mismo hace que las personas puedan evolucionar, involucionar y hasta explotar. Seamos siempre cautos en saber combinar las técnicas de gestión con el respeto y consideración a las emociones de las personas y sepamos acompañar con reverencia y paciencia.
Autor: www.panchogarcia.com @panchogarciaec
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