DESCALIFICAR
- Ing. Francisco García Garaicoa, Msc
- 9 nov 2017
- 5 Min. de lectura

Ana es una persona con una personalidad dócil y se afecta fácilmente por las cosas que le dicen los demás, para ella es difícil tener una postura propia y siempre termina aceptado o adoptando estilos de otros. Carmen es una persona atractiva, con gran empatía con las demás personas y casi siempre es buena consejera y la gente la busca por ser segura de sí misma, por tener criterio y resolver los problemas. No se afecta por lo que digan los demás y pasa rápido la página de las situaciones que le afectan.
Jorge es el Jefe de las dos, es un tipo perfeccionista y obsesivo por alcanzar resultados y por buscar siempre el éxito en todo lo que hace y lo que emprende, de ese tipo de personas que siempre busca llegar a la meta y alcanzarla con fuerza. Es un ejecutivo de alto nivel, con varios grados de estudios y mucha experiencia en el nicho de negocio en el que se encuentra.
La relación de Jorge con la gente de la oficina es una relación de lograr resultados y Él se concentra en que la gente llegue al tope de sus habilidades, para así tener los objetivos siempre alcanzados y que los profesionales sepan cuanto pueden dar y hasta donde pueden llegar, siempre los reta a ver más allá de si mismos(as) y que no hay límites para lograr las cosas que uno se fija en la vida personal y en el trabajo.
La gente piensa que Jorge es un hombre muy inteligente y que definitivamente llegar a ser como Él, es realmente difícil por todas sus competencias. Ana y Carmen son sus manos derechas, las dos tienen una gran responsabilidad en la organización y solucionan y manejan todos los temas con Jorge. Él cree, que ser mejor es alcanzar siempre los mejores resultados, Ana cree que ser mejor, es lograr crecer como persona y Carmen cree, que lograr ser mejor, es ayudando a los demás a que crezcan.
Carmen se cree y se define como una persona que ayuda a resolver los problemas de los demás y como la gente la busca, entonces ella ha crecido en su análisis de que ese es su fuerte y por tanto se centra en los demás y se olvida de ella misma. Ana se centra en ella, en sus sentimientos, en cómo le afectan las palabras, ya que si son positivas, ella se siente bien y si son negativas, ella se siente mal y finalmente Jorge no tiene centro ni en Él, ni en la gente, sino que todo es un medio para conseguir los resultados.
Los tres estilos tienden a descalificarse y los tres estilos se convierten en descalificadores de los demás. Jorge es respetado dentro de la Organización por que logra los resultados, pero nada le calza y nadie lo hace mejor que Él y menos tiempo y de la forma más óptima, no descalifica a la persona de manera directa, pero lo que dice y su acciones, naturalmente hacen que el colaborador que trabaja con Él se sienta menos o que nada de lo que ese colaborador haga, logrará sorprenderlo, o mejorarlo. Las ideas de Jorge, son siempre las mejores y el mismo Jorge se convierte en un crítico de los demás y de las formas en que otros hacen las cosas. Nada es mejor para Él, que algo hecho o dicho por Él mismo.
Carmen se olvida de sí misma, y todo el tiempo está ayudando a otros, sin embargo su vida personal es desordenada y no está pendiente de lo que la hace feliz o de sus responsabilidades personales, por estar centrada en solucionar la vida de los demás y naturalmente se descalifica.
Ana, es muy ejecutiva y efectiva en todo lo que hace, su vida personal es ordenada y es sensible ante las necesidades de su familia y las prioridades las tiene claras, pero sus pensamientos y sus acciones dependen de su seguridad, y su seguridad se basa en lo que recepte de los demás, para ellas en necesario que la retroalimenten todo el tiempo, porque necesita sentir que está haciendo las cosas bien y necesita afirmar que lo que hace lo hace bien y por tanto se descalifica a ella misma y por este motivo no logra impulsar su carrera y sus competencias.
Uno de los principales desmotivadores de los colaboradores dentro de la organización y que muchas veces no se mide es la descalificación.
Este descalificar, puede darse de dos maneras. La primera y la más común es descalificar a otros por su trabajo o por su naturaleza personal, la segunda es descalificarse a sí mismo(a), en algunos casos consciente de esto y en otros no.
Una persona que descalifica a otra, tiene dos opciones, la una es que lo hace con entendimiento y lo ejecuta sin importar las consecuencias y de la manera más normal y la otra es una persona que no logra interpretar que está descalificando con sus acciones y palabras a los demás.
Hoy en día los Lideres deben ser más finos, y deben buscar el interiorizar en sus actos y sus palabras, es necesario que hagamos paradas técnicas para revisar cómo nos manejamos, pero también o más importante es el no tenerle miedo a que nos tengan que decir.
La dinámica personal, que incluye la retroalimentación de los demás como parte de nuestra estrategia para crecer como profesionales y personas, es siempre acertada.
El descalificar a otros, no te hace mejor, al contrario es importante revisar que está pasando en tu interior, porque detrás de un(a) descalificador(a) se esconde la soberbia, la arrogancia, el narcisismo, el ego, el orgullo, la conveniencia.
Descalificar es interpretar una definición contraria al desarrollar, al desplegar, al entender los límites de las otras personas y en vez de unirlas para sumar en base a las características de cada uno, logramos dividir y empeorar la situación.
Lograr resultados, no siempre significa actuar de la mejor manera, no son los resultados los que hablan del tipo de personas que somos, por tanto nuestros resultados, o los objetivos planteados para conseguirlos, deben tener en su núcleo la posibilidad de ser mejores personas de manera integral. La descalificación a los demás siempre oculta un problema interior, se vuelve una mirada difusa de la realidad, y totalmente incompleta. Se hace necesario por tanto, crecer personalmente, para lograr hacerlo profesionalmente.
El no descalificar a los demás y el no descalificarnos a nosotros(as) mismos(as) es una medida clara de que hemos trabajado en nosotros y que estamos haciendo las cosas bien por dentro, para luego llevarlas al exterior y lograr alcanzar lo mejor de nosotros y por tanto lo mejor de los demás.
Autor: Francisco García Garaicoa (Twitter: @garciagaraicoa, Facebook: @franciscogarciagaraicoa, Linkedin)
Ingeniero Industrial, Master en Dirección de Personas y Liderazgo, Master en Gestión del Talento, Postgrado en Business Coaching, Leader Coach, Postgrado en Dirección Estratégica, Becario Espol - Generalitat de Catalunya España (Dirección Estratégica y Responsabilidad Social Corporativa), Especialista en Estrategia Corporativa, Especialista en Relaciones Corporativas, Especialista en Evaluación y Desarrollo de Competencias, Certificación en Inteligencia Emocional, Certificación Proyectos de Alto Impacto, Miembro del Directorio de la Cámara de la Pequeña Industria del Guayas, Director General Adjunto para Fundación Acción Solidaria, Director Regional para BonumPraxis International, Articulísta para la revista Criterios de la Cámara de Comercio de Quito, y otros medios. Catedrático, Emprendedor, y Consultor.
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